Todo estaba estratégicamente pensado para ser aplicado en el momento en que se hizo. La jugada política se planificó cual jugada de ajedrez donde se realiza un “DOBLE JAQUE”, a sabiendas que sí el contrincante logra zafarse de uno de ellos, el otro le causará un daño tremendo o le hará perder la partida.
La falta de independencia de poderes que tanto se criticó, ahora se ha agravado hasta el punto de convertir a las instituciones en una banda de delincuentes que se arrastran ante los designios de su líder golpista.
Ante la indudable pérdida de los espacios políticos regionales, dio la orden al otrora guerrillero para que inhabilitara a todo aquel que le hiciera sombra a las hienas que nombraría a dedo. Además, toda salida legal y constitucional sería negada por aquellos que con sus togas humillan a la justicia, y al juramento que alguna vez hicieron de ser imparciales. Él y solo él les diría cuando sería el momento de actuar. Nada de acciones apresuradas.
Con sus acólitos en el gabinete, preparaba en secreto máximo el otro “jaque”, el más importante, el que le fue negado el 2 de diciembre, el que le permitiría hacerse con la totalidad del poder y le daría “carta blanca” para actuar impunemente, tanto a todo lo largo y ancho del territorio nacional, como internacionalmente.
Las leyes habilitantes estaban listas. Ya habían sido redactadas y sus textos “levantados” en la imprenta. Él diría cuando sería el momento de salir a la calle. Si se “filtraban” a los medios encarcelaría a los responsables.
En el último momento dio la orden: los jueces debían probar su lealtad al declarar una ley por encima de la Constitución y mantener fuera del juego a los inhabilitados políticos. Además debían declarar legales a unas leyes que no habían sido publicadas. Por su parte, la imprenta debía imprimir las gacetas oficiales extraordinarias que ya estaban listas. Algunas de ellas desde los meses de Abril y Mayo. Todo al mismo tiempo. El “doble jaque” estaba en marcha.
Ya no hay caretas. Sin embargo, la vía de salida del régimen comunista sigue siendo la misma, la larga, dura y espinosa vía democrática.
La falta de independencia de poderes que tanto se criticó, ahora se ha agravado hasta el punto de convertir a las instituciones en una banda de delincuentes que se arrastran ante los designios de su líder golpista.
Ante la indudable pérdida de los espacios políticos regionales, dio la orden al otrora guerrillero para que inhabilitara a todo aquel que le hiciera sombra a las hienas que nombraría a dedo. Además, toda salida legal y constitucional sería negada por aquellos que con sus togas humillan a la justicia, y al juramento que alguna vez hicieron de ser imparciales. Él y solo él les diría cuando sería el momento de actuar. Nada de acciones apresuradas.
Con sus acólitos en el gabinete, preparaba en secreto máximo el otro “jaque”, el más importante, el que le fue negado el 2 de diciembre, el que le permitiría hacerse con la totalidad del poder y le daría “carta blanca” para actuar impunemente, tanto a todo lo largo y ancho del territorio nacional, como internacionalmente.
Las leyes habilitantes estaban listas. Ya habían sido redactadas y sus textos “levantados” en la imprenta. Él diría cuando sería el momento de salir a la calle. Si se “filtraban” a los medios encarcelaría a los responsables.
En el último momento dio la orden: los jueces debían probar su lealtad al declarar una ley por encima de la Constitución y mantener fuera del juego a los inhabilitados políticos. Además debían declarar legales a unas leyes que no habían sido publicadas. Por su parte, la imprenta debía imprimir las gacetas oficiales extraordinarias que ya estaban listas. Algunas de ellas desde los meses de Abril y Mayo. Todo al mismo tiempo. El “doble jaque” estaba en marcha.
Ya no hay caretas. Sin embargo, la vía de salida del régimen comunista sigue siendo la misma, la larga, dura y espinosa vía democrática.
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