RESUMEN DE MI VIDA PROFESIONAL Y POLÍTICA

viernes, 22 de agosto de 2008

CRISIS DE SALUD EN VENEZUELA


Venezuela vive una crisis de salud sin precedentes. La construcción del modelo de salud revolucionario y socialista conocido como “Barrio Adentro” y la marcha inerte en paralelo del antiguo modelo de salud, aunado a la fuga de médicos del país y la saturación de los centros dispensadores de salud privados, han creado una situación desesperante y muy peligrosa.

En cualquier país del mundo, la salud pública se presta a través de tres niveles de atención: el primer nivel o primario, que consiste en dispensarios de salud o medicaturas, atendidos por médicos generales o médicos especialistas en Medicina Familiar. El segundo nivel o secundario, consiste en ambulatorios donde existen médicos especialistas y se pueden atender las emergencias sencillas con algunas camas para hospitalización y en último lugar, se encuentra el nivel terciario, constituido por los hospitales donde puede haber docencia universitaria y se encuentran los especialistas y sub-especialistas y donde, por supuesto, la tecnología médica es superior.

Hay que reconocer que la atención primaria en Venezuela se encontraba muy deteriorada al momento de llegar Hugo Chávez al poder, asociado a ambulatorios poco equipados que congestionaban el nivel terciario u hospitalario. Los centros de atención dependientes del IVSS se encontraban en un estado lamentable y la calidad de atención apestaba. La corrupción en el manejo administrativo de la seguridad social en Venezuela era una de las más grandes diferenciándolas por sectores. Muchos de nuestros ancianos morían antes de recibir su pensión, para ser después cobradas por el “vivo” de turno. Los hospitales dependientes del MSAS funcionaban con muchas deficiencias. Los sindicatos y la burocracia ahogaban los presupuestos; dos o tres porteros por cada puerta, choferes sin ambulancias que manejar, cinco o seis enfermeras auxiliares por cada enfermera graduada para dar fortaleza a los sindicatos; políticos que cobraban por la nómina del hospital (como era el caso de Lusinchi y su hermano en el Pérez de León de Petare siendo el primero presidente); el hurto del material-quirúrgico y; los negocios y comisiones por parte de los administradores corruptos, por solo mencionar algunos de los problemas existentes, habían creado un verdadero elefante blanco de la salud.

En contraposición, en los hospitales tanto del IVSS como del MSAS (y el Hospital Militar), se encontraban los grandes maestros de la medicina y la formación de nuestros médicos continuaba siendo de muy alto nivel. Por ello, muchos enfermos preferían acudir a estos centros, aún cuando tuvieran los recursos para ser atendidos en clínicas privadas.

En la actualidad, el cuadro es sumamente grave. En una primera instancia se crearon los módulos del “Barrio Adentro I”, los cuales eran atendidos por “médicos” cubanos “Especialistas en Medicina Integral”. Este tipo de personal de salud fue creado en Cuba con el objetivo de graduarlos rápidamente -en tan solo tres años- como producto de exportación y obtener ingresos (en dólares) para ese país por esa vía. Para visualizar la gravedad de este asunto, es necesario comprender que en cualquier país del mundo, un bachiller tarda 7 años de educación universitaria para graduarse como médico general. Posteriormente, en Venezuela para poder ejercer legalmente y cumplir con el artículo 8 de la Ley del Ejercicio de la Medicina, hay que prestar servicios por una año en el medio rural (nivel primario o secundario de atención) o dos años como interno en un hospital (nivel terciario de atención). Después, el médico normalmente pasa por un postgrado de duración de tres años para obtener su doctorado y usualmente realiza una especialidad en el área de su preferencia para conseguir finalmente el título de especialista. Así por ejemplo, un médico general cualquiera tiene un post grado en Medicina Interna y una especialidad en Neurología, mientras que los cubanos que llegaron a nuestra patria se hacen llamar “especialistas” con tan solo tres años de estudio.

Estos médicos cubanos ingresaron al sistema de salud violando la Ley y la mayoría carecía de experiencia clínica, agravando lo deficitario de su formación. Por otro lado, los medicamentos de calidad, antes suministrados gratuitamente en los niveles de atención primario y secundario, fueron sustituidos por medicamentos genéricos importados desde Cuba, sin obtener el correspondiente permiso emitido por el MSAS como cualquier medicamento producido en laboratorios farmacéuticos nacionales o multinacionales. Es decir, sin la garantía que esos medicamentos suministrados a los pacientes funcionan.

Al tener la primera oportunidad, los médicos cubanos empezaron a fugarse del país vía Colombia, camino a USA, dejando aproximadamente la mitad del los módulos sin atención. Para solucionar este problema, Hugo Chávez creó la escuela de medicina de médicos integrales que funciona en Filas de Mariches en Caracas, con el mismo tiempo de duración y pensum, para sustituir a los cubanos por “médicos venezolanos”.

Mientras tanto, Chávez dedicó el presupuesto nacional de salud para crear los CDI o “Barrio Adentro II” – supuestamente centros de alta tecnología- que en palabras sencillas se trataba de los anteriores ambulatorios con personal mixto cubanos y venezolanos, donde la jefatura siempre ha estado en manos de los cubanos, quienes históricamente han tenido un nivel científico inferior al de los venezolanos. Mientras tanto, los antiguos hospitales de las grandes ciudades venezolanas morían por la inercia gubernamental.

Una vez culminado el proceso de construcción de los CDI, el gobierno revolucionario comenzó a restaurar los muy deteriorados hospitales debido a la fuerte presión de la población y la terrible imagen que en materia de salud había creado el gobierno, trayendo como consecuencia, que al hacer estos trabajos todos a la vez, se ha creado una terrible crisis de atención de salud y un tremendo deterioro de la docencia médica.

Para colmo de males, la Federación Médica Venezolana estima que existe un éxodo de entre 500 a 600 médicos por mes, huyendo ante la amenaza del comunismo, la inseguridad en los hospitales, pues hasta en quirófano atracan y a la paupérrima situación de dotación de insumos y espacio físico adecuado. Esto incluye tanto a médicos especialistas de amplia experiencia, como a aquellos que apenas acaban de recibir el título. Los grandes maestros de antaño dejaron los hospitales en vista del miserable sueldo que reciben (aproximadamente la mitad que cualquier médico “especialista en medicina integral” de Barrio adentro) y en consecuencia, los post grados son declarados desiertos, ya que nadie acude a concursar para continuar sus estudios en Venezuela.

Todo el cúmulo de pacientes se ha derivado hacia las clínicas privadas, quienes también han visto mermados sus equipos de médicos y paramédicos pues se han marchado del país, causando una sobresaturación de estos centros. Para muestra basta un botón: un paciente infartado puede pasar entre dos a tres horas antes de ser atendido por el servicio de emergencia de una de las clínicas más importantes de Caracas, ya que todas están en igual situación y el resto de los pacientes por delante de él también se tratan de emergencias. Las consultas están abarrotadas y la calidad del servicio se ha deteriorado. A esto hay que agregar que muchos pacientes duplican la atención, ya que en primer lugar acuden a un CDI y después asisten a su médico particular para saber si puede tomar lo que en el CDI se le recetó.

La red de salud “barrio Adentro” se encuentra en igual situación de colapso. Para darles un ejemplo, un paciente que desea realizarse una resonancia magnética en el CDI “Salvador Allende” en Chuao, llega en horas de la noche a tomar su cupo -pues es limitado- y debe dormir en la cola, para realizarse su estudio al día siguiente.

Nada ha cambiado, y sí algo cambió, fue para peor. El venezolano recibe en estos momentos la peor atención de salud de toda su historia, desde que el petróleo brotó de la madre tierra.

3 comentarios:

  1. Este comentario lo dejé en tu encuesta en ND, que por cierto, deberías publicar también este artículo, de repente y te lo suban a lo que es noticia, colocas el enlace al blog, la fecha y tu nombre.

    ok, aquí en comentario:
    Aparentemente se ha masificado, pero eso no determina la mejoría en la calidad. Te explico.

    Hace pocos días conversaba con Manuel Miranda sobre el tema de los que debió ser el aporte de los cubanos al deporte venezolano, y en esa conversa surgió el tema de los médicos cubanos, dado que él me comentaba que en Dominicana, de donde es origen, los médicos cubanos hacía milagros con plantas naturales, no recuerdo muy bien el caso, pero creo que se trataba de médicos en una zona poco atendida anteriormente por el sistema de atención pública de salud.

    En este caso, fue precisamente esa la respuesta que encontré a la validación que Miranda le dio a la medicina cubana, es decir, que siendo un barrio, poblado o caserío que nunca había contado de atención pública de salud de forma inmediata y cercana, entonces, ahora con la presencia de un médico, así sea naturista, ve un progreso considerable en este tema, donde antes no había nada, ahora hay un CRI.

    Ahora bien, no se trata de salud de calidad, sino de cantidad. Se masificó la salud, se llevó al barrio, al pueblo, al caserío. Mas no puedo determinar que sea una mejoría en calidad de la salud.

    En cuanto al sector privado, defiendo la Medicina Sistémica, y supongamos que sea lenta, o costosa o no aceptada por muchos médicos tradicionales, pero en definitiva tiene resultados impresionantes en enfermedades crónicas degenerativas y en la mejoría de la calidad de vida de la gente. El detalle es que quizás no logre llegar a toda la población, pero creo que en eso debería estar el Estado venezolano.

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  2. Manuel: Gracias por tu comentario y recomendación.

    Lo pondré en N.D para ver que pasa pues en ese foro ya no vale la pena publicar nada que supere las tres líneas y busque controversia con los chavistas y ultras de la oposición.

    Saludos,

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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