No es la primera vez que "el burro mete la pata". Una vez se le perdona, como cuando utilizó el verbo "espionar" en vez de "espiar" por la emoción de estar entre las masas, la segunda vez también se le perdona cuando por estar dándoselas de profesor les enseñaba a los niños en un salón de clases improvisado la forma de conjugar el verbo "adquerir", pero cuando hay más de tres oportunidades con errores tan garrafales se demuestra una gran ignorancia. Si a su manera de escribir se le agrega su lenguaje escatológico, ¿quién es el currutaco aquí?
¿Es este a quién le confiamos la administración de nuestro dinero y quién decide sobre el nuevo curriculum escolar de nuestros hijos?
Si el líder tiene ese nivel de carencia de formación, ¿qué quedará para los que lo acompañan en el gabinete ministerial?
"Un príncipe no debe poseer todas las virtudes, pero debe parecer que las tiene".
Maquiavelo.
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