En su mensaje anual de gestión, Hugo Chávez (a) José Antonio (nombre subversivo) , encadenó al país nuevamente durante más de siete horas para defender su revolución. Entre la perorata, cantos y anécdotas interminables, entendimos que definitivamente vivimos en el país de las maravillas y no lo sabíamos. Somos una especie de isla en un mundo globalizado que se derrumba a pedazos por la crisis económica.
En plena faena electoral, todos los verbos habidos y por haber se conjugaron en futuro – como siempre-: iniciaremos, realizaremos, obtendremos, procederemos, convertiremos, lograremos, inauguraremos, arrancaremos, construiremos, produciremos, creceremos, rescataremos, incrementaremos, crearemos, etcétera. Es decir, la misma paja de siempre.
Según Chávez, cada hora 50 venezolanos salen de la pobreza – pero los ranchos cada día tienen más pisos y el deterioro de la calidad de vida es evidente o ¿será que salen de la pobreza porque los matan los malandros?-, la producción de carne y leche bovina está mejor que nunca –aunque no se consigan en el supermercado-, la producción petrolera está en su mejor momento en 3.4 MM de barriles diarios –aunque la OPEP reporte solo 2.3 MM y PDVSA esté endeudada como nunca antes, a pesar de haber obtenido los precios más altos de la historia- Nuestras reservas internacionales nos garantizan dos años de importaciones– aunque nadie sepan donde se encuentran- La inflación no golpea a los más pobres pues cuentan con Mercal – aunque la mayoría de ellos estén cerrados y la corrupción los haya convertido en un antro. En materia de salud somos líderes mundiales en atención a pacientes con la más alta tecnología –aunque la gente use solo “Barrio Adentro” cuando no tenga otro remedio, debido al deficiente nivel de calidad médica que allí se presta-. Se han colocado 19 MM de vacunas –pero el año pasado tuvimos una terrible epidemia de paperas porque las vacunas cubanas no cuentan con la prevención para la parotiditis-. La revolución agrícola se encuentra en un alto nivel de producción y tecnología –pero algún rublo siempre falta en los supermercados y casi todo se importa de otros países-. El salario mínimo es el más alto del mundo, pero no alcanza para compran la canasta básica de alimentos, el índice de desarrollo humano ha mejorado –aunque la calidad de la educación que se imparte en cualquier institución bolivariana sea paupérrima y no dé para pasar una prueba de aptitud académica-. La economía está viento en popa –pero todo el mundo tiene que rebuscarse en su carro particular haciendo de taxista-. Dijo que nos olvidáramos de la posibilidad de un estallido social -pero todos los días hay protestas en toda la geografía nacional-. Y la guinda la puso al decir que en Venezuela las personas cada vez más se igualan en la distribución del ingreso. ¿Será que ignora cuánto ganan los boliburgueses que trabajan para él o se hace el loco?
Eso si, la culpa de todos los males del país siguen siendo de la cuarta república y de Acción Democrática y COPEI, después de diez años de gobierno revolucionario.
En plena faena electoral, todos los verbos habidos y por haber se conjugaron en futuro – como siempre-: iniciaremos, realizaremos, obtendremos, procederemos, convertiremos, lograremos, inauguraremos, arrancaremos, construiremos, produciremos, creceremos, rescataremos, incrementaremos, crearemos, etcétera. Es decir, la misma paja de siempre.
Según Chávez, cada hora 50 venezolanos salen de la pobreza – pero los ranchos cada día tienen más pisos y el deterioro de la calidad de vida es evidente o ¿será que salen de la pobreza porque los matan los malandros?-, la producción de carne y leche bovina está mejor que nunca –aunque no se consigan en el supermercado-, la producción petrolera está en su mejor momento en 3.4 MM de barriles diarios –aunque la OPEP reporte solo 2.3 MM y PDVSA esté endeudada como nunca antes, a pesar de haber obtenido los precios más altos de la historia- Nuestras reservas internacionales nos garantizan dos años de importaciones– aunque nadie sepan donde se encuentran- La inflación no golpea a los más pobres pues cuentan con Mercal – aunque la mayoría de ellos estén cerrados y la corrupción los haya convertido en un antro. En materia de salud somos líderes mundiales en atención a pacientes con la más alta tecnología –aunque la gente use solo “Barrio Adentro” cuando no tenga otro remedio, debido al deficiente nivel de calidad médica que allí se presta-. Se han colocado 19 MM de vacunas –pero el año pasado tuvimos una terrible epidemia de paperas porque las vacunas cubanas no cuentan con la prevención para la parotiditis-. La revolución agrícola se encuentra en un alto nivel de producción y tecnología –pero algún rublo siempre falta en los supermercados y casi todo se importa de otros países-. El salario mínimo es el más alto del mundo, pero no alcanza para compran la canasta básica de alimentos, el índice de desarrollo humano ha mejorado –aunque la calidad de la educación que se imparte en cualquier institución bolivariana sea paupérrima y no dé para pasar una prueba de aptitud académica-. La economía está viento en popa –pero todo el mundo tiene que rebuscarse en su carro particular haciendo de taxista-. Dijo que nos olvidáramos de la posibilidad de un estallido social -pero todos los días hay protestas en toda la geografía nacional-. Y la guinda la puso al decir que en Venezuela las personas cada vez más se igualan en la distribución del ingreso. ¿Será que ignora cuánto ganan los boliburgueses que trabajan para él o se hace el loco?
Eso si, la culpa de todos los males del país siguen siendo de la cuarta república y de Acción Democrática y COPEI, después de diez años de gobierno revolucionario.
Cree que somos pendejos, pero el 15 de Noviembre le demostraremos en que país vive.
¡No es No!
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