Para la selección de los candidatos a las próximas elecciones del 26-S para diputados a la Asamblea Nacional (AN), los partidos políticos (PP) e independientes establecieron la normativa por la cual se regirían para la selección. Algunos candidatos serían escogidos por consenso por la llamada “Mesa de la unidad” (MUD) y donde existiese dudas, se llevaría el proceso a selección por “primarias”.
Como no son tontos, los PP se adjudicaron la exclusividad de la escogencia de los candidatos por lista, que son aquellos candidatos que son escogidos por el porcentaje de curules obtenidos por la votación y ni cortos ni perezosos, colocaron en los primeros puestos los nombres de sus directivos. Es el caso de Henrique Salas Römer en Carabobo y Julio Borges en Miranda, entre otros.
Hay que reconocer que en su trabajo, la MUD otorgó también puestos “salidores” a los llamados presos y perseguidos políticos –creo que obligados por la opinión pública- , pero solo son 165 candidaturas y los aspirantes eran miles.
Después de anunciada la escogencia de los candidatos por consenso y los candidatos ganadores de las primarias, algunos de ellos han enfilado sus ataques contra la MUD porque ellos no fueron favorecidos. Tal es el caso de Carlos Melo, quien el día de hoy en entrevista radial lanzó sapos y culebras contra la MUD, su propio partido (COPEI) y su secretario general Luis Ignacio Planas.
Lo que ocurre con Melo es un excelente ejemplo para explicar un fenómeno de la psicología política: la psicología de la derrota. Esa teoría muestra que posteriormente a una derrota, los políticos son los peores perdedores del mundo. Son capaces de encontrar miles de excusas para justificar la derrota. Cualquiera es válida, hasta las más irracionales, pero son incapaces de encontrar una sola razón que sea atribuible a su actitud y a sí mismo. Es decir, existe incapacidad a la autocrítica.
Los políticos deben entender que cuando se pierde una elección o hay abstención alta es debido a la falta de propuestas novedosas y de poder de convocatoria, es decir, por falta de liderazgo. Carlos Melo ya fue escogido en 2004 por consenso como candidato opositor a la alcaldía del municipio libertador y su votación fue menor a 75.000 votos. Cualquier periodista tiene más seguidores en Twitter que eso. Freddy Bernal obtuvo en ese entonces más del 70% de los votos. Su derrota fue culpa de Bernal o de él mismo? Ahora se debe culpar a la MUD por no haber sido escogido como candidato? Acaso los liderazgos se discuten?
Ciertamente, hay personajes que tienen el legítimo derecho a reclamar, como es el caso de Enrique Mendoza y Jon Goicoechea, pero habría que estar dentro de las conversaciones para entender por qué con ellos no se logró llegar a un acuerdo.
Para mí en lo particular, existen muchos candidatos escogidos por consenso que no son de mi agrado, pero ese fue el acuerdo al que se llegó. Si se cambiase uno solo de los escogidos, entonces todos los derrotados se sentirían con el mismo derecho a reclamar y se generaría el caos y la posibilidad de la ruptura de la unidad, con la consecuente pérdida de recuperar democráticamente la AN.
Mucho mejor sería para la imagen de Carlos Melo, para lograr la victoria el 26-S y para la democracia en Venezuela, que dijese que apoyaría con todas sus fuerzas a los candidatos seleccionados,que el triste papel que está haciendo. Quizás un “Manual del buen perdedor” podría serle útil.
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